Lo
primero que llama la atención en esta obra es el gran elenco de rostros
conocidos. A pesar de que los actores son veteranos en el escenario, alguien alejado
de este arte, puede pensar que solo son caras famosas que actúan en el Teatro
Reina Victoria. Para que alejen de su mente falsos prejuicios, como este, deben
ir a ver 5 y Acción.
La
obra teatral, dirigida por Javier Veiga,
es una comedia de enredos que cumple con las características propias de este
subgénero teatral, pero el director coruñés sabe afianzarla en el tiempo
presente. Cada espectador puede sacar una conclusión distinta de la obra,
aunque es palpable la sátira al mundo del cine y de la televisión. El público
verá una trama ingeniosa y complicada, en un primer momento, pero fácil de
seguir y, al estar relacionada con el género dramático, vibrará con un final
inesperado.
5
y acción trata de una
joven e inexperta presentadora del Tiempo de un informativo de máxima audiencia,
Marisol, que sueña con convertirse
en actriz. Su amante, Adolfo, es
el presidente del canal de televisión donde trabaja como “chica del tiempo”,
pura casualidad, por supuesto. Adolfo
quiere hacer realidad su capricho y está dispuesto a producir un largometraje
con Marisol como protagonista. Para
ello contrata a Max, un joven e
inhábil director que sueña con hacer una película que le encumbre como
profesional del cine. Las exigencias de Adolfo
desesperarán a Max, como la de
contratar a su mujer Pilar como
directora de vestuario, para que no continúe con los papeles del divorcio y no
piense que tiene una amante. Antonia es ayudante del director y
además está enamorada del mismo.
Los giros en la trama son una de las
virtudes de esta obra. ¿Quiere Adolfo,
en el fondo, que la película fracase para no perder a Marisol y para que ningún actor la seduzca? ¿Sucumbirá Max a todas las plegarias de Adolfo? ¿Marisol es realmente tan ingenua? Estas son algunas de las
preguntas que el espectador se irá haciendo a medida que avanza la obra. Todos
los personajes tienen algo en común, miran por su interés sin que les importen los
sentimientos de los demás. Esta actitud hará que entren en un embrollo sin
haber salido del anterior.
Un
director que cuente con un actor como Carlos
Sobera tiene casi asegurado el éxito de su obra. No obstante, el exprofesor
demuestra su valía en cada función poniéndose en el papel de Adolfo. En las primeras apariciones en
la obra, el público verá al Sobera
actor, pero a medida que transcurren las escenas, Adolfo se irá apropiando de él. Tan solo en algunos momentos saldrá
a relucir, a modo de gags, la larga
trayectoria en televisión del presentador. A pesar de las pinceladas machistas
en sus frases, la falta de escrúpulos o su falsa integridad, el público
probablemente exonere de culpa al protagonista por sus decisiones airaras y
sus planes abocados al fracaso. La vena vizcaína de Sobera también ayuda a apuntalar la chulería y cierta soberbia del director
de televisión.
Desde
mi óptica, el papel más complicado de interpretar es el que realiza Marta Hazas. Sostener durante más de
hora y media a Marisol, un personaje
aparentemente torpe, inculto y algo disléxico es digno de elogio. La actriz
cántabra deleita a los espectadores con varios registros vocales y cabe
destacar su lenguaje no verbal. Probablemente si Hazas no emitiera voz, únicamente con sus gestos, lograría que
el espectador siguiera casi a la
perfección la trama teatral.
Javier Veigas vuelve a demostrar su maestría sobre
las tablas dando vida a Max. La
ilusión y candidez de su personaje por salvar la película y su agilidad para
saber encajar los envites de los demás harán reír sin parar al espectador. Tal
es la seguridad de Veigas, que está
dispuesto a devolver el importe de la entrada si alguien no se ríe. Háganme
caso, es imposible. Su faceta como director de la función roza el
sobresaliente. Los diálogos fluidos, el juego de luces, la escenografía
limitada pero bien aprovechada y el uso de una pantalla en el escenario son
suficientes para redondear 5 y acción.
Un detalle que puede pasar desapercibido es la relación entre el nombre de los
personajes y su función en la representación. Qué mejor nombre y apellido para
una presentadora del tiempo que Marisol
Ventosa.
Pilar deja sacar el perfil más chulesco y
chantajista de la actriz Marta Belenguer.
El papel de diva engrandece a la actriz valenciana, que irradia alegría y mucha
risa durante toda la función. La actriz Ana
Rayo aporta con su personaje un toque realista entre tanto sinsentido. Antonia es polifacética, es cualquiera
de nosotros una madrugada de fiesta, y al día siguiente una trabajadora servil
y responsable. Sus juegos de palabra incrementarán el tono de las risas del público.
No puedo dejar de mencionar la colaboración de personajes consagrados como Jorge Sanz, Milán Salcedo, El Langui
o Enrique San Francisco, que nos
recuerda –si es que alguien se olvida, que estamos ante una entretenida
comedia.
Debemos
de huir de frases hechas pero en esta obra la realidad supera a la ficción. Los
personajes son arquetipos de la sociedad actual y la trama es un fiel reflejo
de algunas situaciones de nuestra vida. ¿Quién no ha oído hablar de los
triángulos amorosos? Muchos de los malos entendidos, como en la obra, surgen
por no decir aquello que pensamos; al igual que las mentiras pueden llegar a
arruinar nuestra vida. Su director Javier
Veira nos pide contar hasta cinco. Hagámosle caso.
Líos, amores y muchas
risas. Disfrutarán de una comedia de enredos, con película incluida.
Autor y director:
Javier Veiga
Reparto: Marta Hazas,
Javier Veiga, Carlos Sobera, Marta Belenguer y Ana Rayo
Lugar: Carrera de S. Jerónimo, 24, 28014 Madrid.
Funciones: hasta el domingo 4 de marzo.
Contacto: https://elteatroreinavictoria.com/5-y-accion-en-el-teatro-reina-victoria/?tribe-bar-date=2018-02
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