Las historias con final
feliz tienen predilección por lo cuentos mientras las historias con final real,
con independencia de adjetivos calificativos, son la mejor munición para las
representaciones teatrales. En ocasiones vamos en busca de milagros sin darnos
cuenta de que lo realmente extraordinario son las experiencias vividas a diario.
Si asisten a esta obra en el Teatro Lara no verán nada milagroso, porque un
relato y actuación como estas no es fruto de hechos sobrenaturales sino de un
trabajo fabuloso.
La actriz, directora y autora de la obra, María Marull, nos invita a viajar a un
pueblo recóndito de Extremadura. Allí viven Joaquín (Álex de Lucas),
un joven músico, y la pareja de amigas formada por Luisa (Fabia Castro),
hija de los dueños de un precario hotel, y Lucía
(Anna Castillo), una joven preocupada
por terminar su traje para homenajear a la santita popular en las fiestas
patronales. Como todos los veranos, el hotel está ocupado por foráneos
interesados en pedir un deseo a la virgen del lugar. Ese es el objetivo de Selva (Mona Martínez), una madrileña que acude con su enigmática pareja en
busca de un milagro. Selva y Lucía tramarán una extraña amistad que
hará cambiar sus destinos.
La
Pilarcita es el mejor ejemplo de la tragicomedia contemporánea,
por contener una mezcla homogénea de elementos trágicos y cómicos. Pero esta
obra no nada únicamente en aguas realistas, sino que bucea por el teatro
costumbrista hasta llegar al fondo del sainete. El objetivo es reflejar en las
escenas una realidad española, en este caso la vida rural. Podemos estar de acuerdo en que el olimpo
teatral del costumbrismo es ocupado por los relatos de Jacinto Benavente, los
hermanos Quintero o Carlos Arniches, pero también hay espacio para historias
cómicas, de ambiente, con personajes populares del siglo XXI. Como pueden
apreciar nos encontramos ante una obra completa y, lo más importante, muy
divertida.
Solo dispongo de adjetivos
positivos para valorar el texto de María
Marull y la dirección de Chema Tena.
Ambos demuestran su inteligencia y centran la representación en el lado humano
de los personajes y no en el carácter milagroso sobre el que gira la trama.
Además, están impregnados otros temas como el fervor exacerbado, la antagonía
campo-ciudad, los quehaceres diarios y las rivalidades y comidillas típicas de
los pueblos. En relación al libreto, destaco los diálogos ágiles, cercanos,
sencillos y entretenidos y la profusión de términos castizos; así como las
comparaciones ingeniosas en boca de los protagonistas.
Un plus para cualquier
director teatral es contar con un pasado como actor, y es el caso de Chena Tena, quien dirige con maestría
esta representación. Cada actor imprime una característica propia a su
personaje pero todos irradian alegría y felicidad. Un detalle esperanzador es
la juventud en la media de edad del reparto porque es el presente y futuro de
las artes escénicas en general.
El trío de actrices está
encabezado por Anna Castillo, quien
interpreta a Lucía, una muchacha
locuaz que borda noche y día su florido traje para participar en las fiestas
populares en honor a La Pilarcita. Castillo,
ganadora del Goya a mejor actriz revelación por El Olivo, destaca por su soberbia expresividad en forma de gestos. Algunos
asociarán su nombre a su trabajo en la película La Llamada aunque me quedo con la sencillez e ingenuidad de este
personaje. De nuevo, la actriz barcelonesa demuestra su vis cómica, ya no solo
por su texto, sino por su soltura y espontaneidad. Sin duda, Anna Castillo tiene futuro en esta
profesión.
Fabia
Castro aporta el rol antagónico de su compañera en su papel como
Luisa, una muchacha timorata, con
carácter maternal y cuya timidez le impide expresar todos sus sentimientos. Esa
fragilidad es interpretada con dulzura, acompañada de una tonalidad suave de
voz, y con rabia, en los momentos donde derrama alguna lágrima. Sin duda Castro, que ha participado en más de
una docena de obras teatrales, muestra solvencia en el género dramático a pesar
de su juventud.
El único actor en escena es Álex de Lucas que da vida a Joaquín, hermano de Luisa, un joven guitarrista interesado
en participar en el concurso de música de la fiesta popular. La presencia de
este personaje en la historia es fabulosa. Su entrada es un revulsivo para la
representación y de forma sencilla introduce momentos musicales muy
emocionantes en su papel como juglar. Con sus letras, acompañadas por los
acordes de una guitarra, hace las veces de narrador. De Lucas, actor en la serie Paquita
Salas y en la obra La Llamada y bajista y vocalista en The Parrots, expresa con versos
recitados los sentimientos y vivencias del resto de personajes.
Por último, Mona Martínez, curtida actriz de teatro
y televisión, representa a Selva,
una señora de la capital que se aloja con su pareja en el hostal de Luisa para pedir a la santita un
milagro. El rasgo más característico de su personaje, en la primera media hora
de la representación, es la parsimonia que brinda los momentos más cómicos de
la obra. Sus movimientos en el escenario y su tonalidad de voz me recordaron al
papel de la actriz Isabel Ordaz en
la serie Aquí no hay quien viva,
donde se ganó el mote de “La hierbas”. Su personaje va evolucionando con el
paso de los minutos cumpliendo una doble función: el público conoce los
verdaderos sentimientos y su historia personal y la actriz consigue sacar todo
su talento interpretativo.
Uno de los aspectos de la
llamada magia del teatro es recrear los escenarios de las representaciones con
el fin de introducir al espectador en la historia. En la sala Lola Membrives es
donde mejor puede apreciarse este gran trabajo. En esta ocasión, la escenografía es perfecta para
transportar al público al ambiente rural típico de cualquier pueblo español; al
igual que los ornamentos como las sillas, el costurero, la pequeña piscina
hinchable y el tendedero. Otro de los aciertos es marcar la medición del
tiempo, día y noche, con el buen uso de la iluminación. David Minguez consigue que los focos hagan sentir calor a los espectadores
o una suave sensación de frío; ambas conseguidas por la tonalidad de la luz.
En
La Pilarcita conocerás la historia de
una enigmática pareja en busca de un milagro y la forma de vida de tres jóvenes
en busca de otro
Autora:
María
Marull
Dirección:
Chema Tena
Reparto:
Anna Castillo, Fabia Castro, Álex de Lucas y Mona Martínez.
Funciones:
hasta el 30 de junio
Lugar:
Teatro Lara (Calle Corredera Baja de San Pablo, 15, 28004 Madrid)
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