Hay pocas frases más
fortalecedoras que “El show debe continuar”. Su popularidad ha provocado que
sea utilizada en múltiples ámbitos, además del musical para el que fue creado.
Este lema te invita a superarte, a no desfallecer y a no renunciar a tus
ilusiones. Esa filosofía de vida es la que el público puede ver sobre el
escenario de los Teatros del Canal del 4 al 8 de abril de la mano de la
Compañía Nacional de Danza.
Los Teatros Canal acogen la
primera semana de abril The show must go
on, una de las piezas más emblemáticas e icónicas del coreógrafo francés Jérôme Bel. Los asistentes a este
espectáculo tendrán el privilegio de ver en Madrid la primera representación
por parte de la Compañía Nacional de Danza. José Carlos Martínez, director de la CND, define esta obra como una
“Danza conceptual con propósito vanguardista”; es decir, que estamos ante una
pieza clásica, creada en 2001, pero con una dinámica propia del siglo XXI. Lo
que el espectador puede observar en este espectáculo inclusivo es un ejemplo de
la danza posmoderna que, junto a la contemporánea, rescata movimientos
cotidianos para convertirlos en vehículo de expresión. Además, su puesta en escena es uno de los mejores ejemplos de performance dance.
José
Carlos Martínez dirige a un grupo de veinte bailarines
profesionales y personas ajenas al mundo de la danza, de edades y razas
distintas, que forman una coreografía de cuerpos desiguales y siguen las
instrucciones que marcan las letras de las canciones. Esta explicación sucinta
encierra una gran riqueza artística. Lo que consigue este director es fusionar
el talento de reputados bailarines con el esfuerzo y la ilusión de personas no
profesionales del mundo de la interpretación, aunque hayan trabajado como
verdaderos artistas. La única regla de este espectáculo es que todos ellos
siguen las indicaciones del relato de las canciones, algo tan básico pero
innovador a la vez. Esta premisa permite que la improvisación sea la
protagonista de este evento cultural. Pero como recalca el director de la CND,
no estamos ante una improvisación libre, sino guiada por la música.
Una de las virtudes de The show must go on, que ha formado
parte del repertorio del Ballet de la Ópera de Lyon entre el 2007 y el 2014, es
que todas las canciones, pinchadas por un DJ, son ampliamente conocidas y han marcado
hitos en la historia de este arte. Las 18 piezas musicales son un recorrido por
distintas épocas de la mano de grupos como West Side Story, David Bowie, Tina
Turner, Police, The Beatles o Edith Piaf.
La supervivencia en el mundo
del arte, y de la danza en particular, implica dominar diferentes estilos; por
ello, la CND tiene a día de hoy un amplio repertorio compuesto por ballets de
factura clásica, así como creaciones de coreógrafos de hoy y de los grandes
maestros del siglo XX. Pero la distinción no solo se consigue con la variedad,
sino que es necesaria la conjugación de diferentes obras, y es precisamente un
sello de identidad de la actual Compañía Nacional de Danza. Su director
artístico, José Carlos Martínez, se
ha caracterizado por combinar piezas de reputados coreógrafos de nuestro siglo,
con creaciones originales españolas, obras neoclásicas y otras de lenguaje
académico. De todo ello, podemos extraer que, con esfuerzo y creatividad se
pueden conseguir resultados tan magníficos como el espectáculo que nos ocupa.
Los amantes de este arte
apreciarán sobre las tablas la distinta fisicalidad de los cuerpos, aunque lo
esencial no son las técnicas corporales específicas sino el carácter personal
que imprime cada artista. Esto hace que cada función sea única y que además
aquellas personas no instruidas en el arte de la danza puedan disfrutar con
naturalidad y comodidad, ayudados por los movimientos lentos y acompasados. Es probable
que cada espectador pueda extraer algo distinto, que sus reacciones sean dispares
y que sus ojos se posen sobre alguno de los 20 bailarines situados sobre el
escenario; pero de eso se trata, este es el juego de roles que pretende esta
obra.
La fusión de colores y el
contraste fabuloso de luces permite crear una atmósfera especial y que el público
sienta el significado de las letras de las canciones. También hay que estar
atentos a las modulaciones y silencios de las melodías porque marcan la pauta
de las coreografías. Invito a todos los asistentes a que en algún momento
cierren ligeramente los ojos y sientan como si realmente estuvieran sobre el
escenario. No tengan miedo porque de una forma u otra el espectáculo debe
continuar.
En
The Show must go on serás testigo de
la fusión entre la maestría de bailarines profesionales y la espontaneidad de
personas ajenas, con una única guía: la música
Dirección:
José Carlos Martínez
Intérpretes:
Compañía Nacional de Danza
Coreografía, concepción
y dirección: The show must go on:
Jérôme Bel
Lugar:
Teatros
del Canal (Calle de Cea Bermúdez, 1, 28003 Madrid)
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