Volvemos en 3 minutos. Con solo
oír esta frase suele empezar nuestra odisea con el mando a distancia sin tener,
en realidad, ningún objetivo concreto, más allá del de pasar el tiempo ojeando
programas con la certeza de que no los vamos a ver. A este irrefrenable impulso
podemos sumarle la extraña sensación de que los anuncios o espacios televisivos
parecen estar hechos a medida de uno mismo, en función de nuestro estado
anímico. Si alguna vez han experimentado dichas experiencias, no son seres
raros, solo deben visitar el Nuevo Teatro Alcalá.
El grupo teatral formado por
los hermanos Quintana nos invitan a
conocer el fanatismo de unas divertidas y peculiares empleadas del hogar por el
mundo de la televisión. Con este gancho, aparentemente simple, la compañía
teatral imprime su sello inconfundible basado en el humor rápido, ágil, dinámico
y desenfrenado, con un cóctel de personajes y situaciones que harán reír a los
espectadores de principio a fin.
Los sujetos protagonistas de
la obra son cuatro trabajadoras del hogar. Este colectivo ha inspirado
bastantes obras cinematografías, como Las
chicas de la sexta planta y series televisivas, sin embargo no ha sido lo suficientemente
explotado por las compañías teatrales. Por ello, la idea original es brillante
y muy ingeniosa y corre a cargo de David
Quintana que, junto a su hermano Fernando, suman más de 25 años de
experiencia sobre los escenarios con la creación de sus propios espectáculos.
El hilo conductor de la
representación lo van marcando los cuatro intérpretes, José Cobrana, Ricardo Mata,
Carlos Chacón y Joan Salas, al cambiar de canal. Todos ellos dan vida a la parrilla
televisiva e imitan a celebridades de todos los tiempos y de diferentes ámbitos,
como de la canción, Julio Iglesias o
Amaia Romero, de la televisión, Esperanza Gracia, o de la vida política
y social. Esta forma de estructurar el espectáculo es perfectamente válida; sin
embargo desde mi óptica, hubiera sido aún más interesante introducir algún motivo
o temática unificadores como la rivalidad entre las criadas y señoras o la
tensión de realizar a contrarreloj las tareas del hogar
Los espectadores, nada más pisar
la segunda sala del Nuevo Teatro Alcalá, ya pueden disfrutar de un hilo musical
radiofónico con canciones archiconocidas del siglo pasado de artistas
internaciones y del mundo de la televisión que han pasado de generación en generación.
En la obra teatral, propiamente dicha, la música también es una de las
protagonistas. Las escenas se van sucediendo a ritmo de bandas sonoras de
películas, fragmentos de teleseries, publicidad televisiva y canciones, con un
repertorio musical alegre y melodramático. Por tanto, una de las dificultades
de este trabajo es la ardua labor de edición e investigación para agrupar, por
ejemplo, canciones por temática o palabras clave. Todas ellas, se integran a la
perfección a lo largo de los 80 minutos que dura la función.
José
Cobrana, Ricardo Mata,
Carlos Chacón y Joan Salas realizan un trabajo encomiable. Los cuatro actores,
vestidos de mujer, son capaces de mimetizarse en el sexo femenino pues, como bien recuerda David Quintana al final de la función, uno no sabe si son hombres
vestidos de mujer o viceversa. Pero sin duda, lo más destacable de esta
actuación es el dominio absoluto de la difícil técnica de la fonomímica, basada
en el movimiento de la boca de una persona fingiendo la reproducción de una voz
propia o ajena anteriormente grabada. De
igual manera, el espectador puede llegar a tener dudas de si de verdad declaman
su texto o solo mueven los labios, porque el efecto es perfecto.
Por otra parte, el cuarteto
de actores muestra su dominio de la pantomima y sus amplias dotes de imitación
y parodia sobre este escenario de corbata. Además, en esta línea, fusionan el
teatro convencional con el transformismo. Cobrana, Mata, Chacón y Salas derrochan
talento y en toda su actuación incorporan una gestualidad facial y corporal desbordantes
y muy divertida. En algunos instantes, las canciones las acompañan de una
coreografía simple pero muy vistosa y amena. También hay una interacción
directa con el público que participa dentro de la obra, sin embargo, la comunicación
entre los actores y el espectador podría ser más abundante a lo largo de
función.
Mención especial para el
diseño de vestuario, a cargo de Matías
Zanotti, por realizar una recreación perfecta del traje de trabajo de las
empleadas del hogar del siglo anterior y de los personajes de telenovela.
También para la construcción escenográfica, por Elliot Kane, pues aun siendo simple, es funcional, útil y muy
relacionado con la temática de la representación.
En
Las chicas del Zapping disfrutarás de
una obra original, ingeniosa y con mucha música y humor. No te darán ganas de
cambiar de canal
Autor
y director: David Quintana
Reparto:
José Cobrana, Ricardo Mata, Carlos Chacón y Joan Salas
Funciones:
hasta el 30 de junio
Lugar:
Nuevo Teatro Alcalá (Calle de Jorge Juan, 62, 28009 Madrid)
No hay comentarios:
Publicar un comentario