El filósofo francés Michel Foucault critica en uno de sus
textos la coacción de la sexualidad en todas las sociedades, y más
concretamente en nuestra era donde, según él, se intenta categorizarla y
medirla. Esta reflexión se ajusta bastante a la realidad, cuando la sexualidad
debe ser algo libre de experimentar y sentir sin que deba existir ningún patrón
dominante. De esa ruptura de modelos trata precisamente esta obra representada
en el Teatro Lara.
El libreto, escrito por Manuel Luna, está inspirado en la comedia
de cinco actos en verso y prosa escrita por William Shakespeare. Por manido que suene, cabe recordar que esta
obra fue considera como adelantada a su tiempo por tratar la sexualidad de una
manera distinta a los parámetros tradicionales de la época. Siguiendo esta
estela, es precisamente el objetivo de esta representación, que aúna comedia,
música, actualidad y fantasía, conseguir hoy en día lo que Shakespeare quisiera 400 años atrás: provocar, reír y disfrutar del
efímero y embriagador sabor del verano.
En Otro sueño de una noche de verano conocemos, de la mano del duende Puck (Carla Pulpón), la
historia de Hermia (Eliya Shenhav), una joven casta y pura locamente enamorada del joven y
mozo Lisandro (Bastián Iglesias). Egeo (Ramos), padre de la joven, se opone a esta relación y de no casarse
con el presumido y amanerado Demetrio
(Manuel Luna) será él quien decapite a su hija ante el duque de Atenas, Teseo (Xavi Lapuente). Sin
embargo, la joven Elena (Patty Sway) está enamorada de este último joven e intentará impedir el
amor entre Hermia y Lisandro. En el olimpo de los dioses,
los hermanos Apolo (Gorka Lozano) y Artemisa (Lydia Gervás) serán los encargados de hacer y deshacer el destino de los
cuatros jóvenes y el suyo propio.
El género de la comedia
sobrevuela en toda la representación, más por la actuación de los actores que
por el libreto en sí. Sin duda, es una obra completa donde la pantomima, la
música y el humor son las protagonistas y funcionan bien a lo largo de los 80 minutos,
pese a que en algunas escenas ese cóctel de estilos provoque situaciones algo
forzadas por querer introducirlos todos de golpe. Al igual que en Sueño de una noche de verano el relato
es lo más importante del libreto; es decir, encaminar al espectador por las
múltiples peripecias, algunas de ella oníricas. Para tal fin, la compañía
presenta un estilo cinematográfico similar al de Woddy Allen en su película La
comedia sexual de una noche de verano, salvando la edad de los actores.
Desde el punto de vista
artístico, la esencia conjunta de esta representación es transgresora y
rompedora; no solo por presentar la desnudez humana o recreación de escenas
sexuales sino por cómo son tratadas. De nuevo, la obra rompe los esquemas
tradiciones de las orientaciones sexuales y se dota de la cultura queer, donde
según sus defensores los géneros, las identidades y las orientaciones sexuales,
no están esencialmente inscritos en la naturaleza humana. En definitiva, el
amor –en algunos instantes de la representación– es libre, desenfrenado y sin
entender de géneros.
Como antes hacía referencia,
el elenco, bajo la batuta de Christopher Geitz, es el encargado de encumbrar el texto para que el humor esté presente
a lo largo de la función. Muchos de los actores son rostros desconocidos para
el público en general pero probablemente tengan buena proyección, por su
juventud y por un trabajo bien realizado. Carla
Pulpón, quien encarna a Puck, aparece y desaparece en su papel de
pícaro y bellaco duendecillo y como ser juguetón que es, será el responsable de
liar, aún más, las relaciones entre los cuatro jóvenes. Pulpón mantiene a lo largo de la obra una peculiar voz élfica y un
estilo de humor natural y sin filtros. En cualquier relato mágico no pueden
faltar las hadas, interpretadas por Ariane
Berrozpide y Alicia Martín,
encargadas de aunar, con sus frases corales, humor y canción.
La pareja formada por Hermia y Lisandro es interpretada por Eliya
Shenhav y Bastián Iglesias, respectivamente. Shenhav, con voz de telenovela, representa
con mucha gracia los intentos de represión sexual de su protagonista, mientras
por otro lado provoca a su compañero de viaje. Por su parte, Iglesias representa a un personaje con
toques troglodíticos, y muy preocupado por impresionar a su amada. El tándem
sobre el escenario es perfecto y las situaciones conjuntas de lo más
hilarantes. Por otra parte, el rígido y severo padre de la joven Hermia, Egeo, interpretado por Ramos,
y Teseo, Xavi Lapuente, en su
papel de juez petulante y repetitivo son los encargados de abrir y
posteriormente encarrilar la representación.
Manuel
Luna probablemente sea el actor con más vis cómica sobre el
escenario. Este joven actor representa a Demetrio,
un jovenzuelo presumido y vanidoso no muy docto con la espada. Su forzada
galantería, acompañada de una gestualidad corporal desbordante, y sus
desprecios hacia Elena son de lo más
divertido. Por su parte, la desdichada y vulgar Elena, fabulosamente interpretada por Patty Sway, intenta por
todos los medios conseguir el cariño de Demetrio.
El desamor de ambos personajes también se nota en su complicidad sobre el
escenario, al contrario que la anterior pareja.
En el terreno de lo divino,
la pareja de hermanos formada por Apolo
y Artemisa es el contrapunto perfecto a los personajes terrenales, aunque
no están exentos de libido. El actor Gorka
Lozano es el encargado de dar vida a
uno de los doce dioses olímpicos y además de poseer rasgos apolíneos interpreta
a la perfección los deseos sexuales de su protagonista. Por su parte Lydia Gervás
interpreta a la diosa helena de la caza y al contrario que lo recogido en la
mitología busca alguien con quien compartir alcoba.
Los momentos musicales, a
cargo de Gonzalo de la Vega, están perfectamente introducidos
en la relato y sorprenden al espectador por su amplia variedad de estilos:
desde cantigas trovadorescas o canciones pop hasta palos flamencos en el
momento del embrujo. Con las canciones, los personajes dan rienda suelta a sus
sentimientos y el público consigue engancharse aún más a la representación y,
en definitiva, disfrutar. Por otra parte, la calidad vocal de los actores es
mejorable aunque en esta ocasión no resulta chocante, pues las canciones son
interpretadas con las voces características de cada personaje.
En
Otro sueño de una noche de verano
asistirás a una reinterpretación libre del clásico shakesperiano donde la
sexualidad, la libertad y el amor son los protagonistas
Autor: Manuel
Luna
Director: Christopher
Geitz
Reparto: Carla
Pulpón, Eliya Shenhav, Bastián Iglesias, Manuel Luna, Xavi Lapuente, Patty Sway,
Gorka Lozano, Lydia Gervás, Ariane Berrozpide, Alicia Martín y Ramos
Lugar: Teatro
Lara (Calle Corredera Baja de San Pablo, 15, 28004)
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