Todas las profesiones son
necesarias pero imagínense si nadie cuenta qué sucede a nuestro alrededor.
Alguien debe ser el altavoz de las noticias e informaciones diarias y ese
alguien se llama cronista. Si han oído últimamente sonidos raros en su casa o
cree que su vecino no les saluda como todos los días mientras saca a pasear a
su perro, deben acudir inmediatamente a la sala Lola Membrives del Teatro Lara.
Allí encontrarán a Juan Gamba todos
los miércoles y a través de sucesos ocurridos en el pasado les despejará sus
preocupaciones.
Tanto los asiduos al teatro
como quienes asisten por primera vez esperan ver una obra sorpresiva e
impactante. Partiendo de los géneros clásicos o establecidos hay múltiples
maneras de conseguirlo. En esta ocasión, el ingrediente principal del éxito es
la palabra salpicada de intriga, emoción, ingenio y suspense; porque no hay
nada más atrayente que una buena historia teñida de sangre.
Cronista
de sucesos es un espectáculo unipersonal de Juan Gamba, quien se viste de periodista para narrar cerca de 30
personajes salidos de la crónica negra. En cada uno de los 7 casos se relatan
hechos delictivos o accidentes desgraciados, a veces disparatados, engarzados
con un rosario de 'crímenes ejemplares' donde lo periodístico y policiaco se
dan la mano y donde el arma más poderosa y letal es la palabra.
La idea original es
brillante y no hay nada similar en la amplia cartelera teatral actual. Tenemos
varias construcciones de un solo actor pero ninguna como la presente. El género
central es el del monólogo en su variante narrativa. Esta categoría permite
desarrollar un tema y divagar sobre el mismo, en esta ocasión sobre los sucesos
ocurridos en el pasado y reflejados en la prensa. A lo largo de los 75 minutos,
Gamba, actor especialista en
audiovisuales, repite con orgullo y satisfacción que algunas de las historias
proceden de vivencias de su padre, Andrés
Berlanga –reconocido escritor y periodista de sucesos de
los años sesenta en Madrid en los prestigiosos medios, diario Ya y Agencia Logos–
y también de autores como Max Aub (Crímenes ejemplares), Cornell
Woolrich (La ventana indiscreta), Liliana
Cinetto (Cuidado con el perro), Pía
Barros (Historia para una ventana) y cuentos de la tradición oral donde la
muerte siempre acecha.
Antes de abordar la
descripción del espectáculo es pertinente centrarnos en la doble fuente de
inspiración de los relatos. Las historias y experiencias personales aportan el
componente de veracidad y dan credibilidad a los hechos; mientras la novela
negra se sirve de sucesos, reales o no, para construir un relato ficticio. Esta
doble procedencia hace más grande y transversal al espectáculo, pues aborda el
amplio abanico entre lo real, lo irreal y aquellos sucesos inclasificables. Ambos
orígenes tiene un punto de unión: sacar a la luz historias poco conocidas. En
el caso de las vivencias personales por no estar publicadas, y en el caso de
los novelistas escogidos, por alejarse de autores mediáticos y centrarse en
otros menos conocidos, a pesar de ser nombres propios de la crónica negra.
El espectáculo comienza con
una sugerente voz en off alejada del
tono formal de otras representaciones y le sigue un pequeño y maravilloso
introito sobre las costumbres y vicisitudes de la vida del cronista donde
evoqué a aquella famosa frase de Gabriel García Márquez: “El periodismo es el
mejor oficio del mundo”. Ya entrados en materia, Gamba va diseccionando los casos policiales desde diferentes
perspectivas: como testigo, como protagonista y como narrador omnisciente. Esta
mutación continua de papeles lleva consigo no solo cambiar el sujeto y el
tiempo de la representación, si no interpretar a diferentes personajes con sus
voces y sus características propias. Gamba,
definido como “Un vendedor de palabras que terminó siendo un gran contador de
historias.”, borda todos sus personajes e imprime ritmo y energía a toda la
función, marcada por un humor irónico e inteligente. No solo interpreta, sino
que lo vive. El mejor símil es el del proceso mental inconsciente cuando
estamos leyendo un libro y visualizamos en nuestra mente cómo va trascurriendo
la historia.
Otra de las características
del espectáculo es la descripción minuciosa y detallada de todos los relatos.
El espectador no solo es testigo de los hechos, si no partícipe de los mismos,
por esas perfectas recreaciones de los lugares de los crímenes; por tanto, Gamba traspasa la barrera del género
monologal para convertir su representación en un diálogo. Entre historia e
historia, el actor madrileño –participante en más de una decena de
construcciones teatrales– describe cuáles son las habilidades de un buen
cronista de sucesos, como la de llegar primero al lugar de los hechos, tener
contactos y otras que el público irá descubriendo. En definitiva, una clase
maestra y exprés del oficio de periodista.
El componente psicológico
también está implícito en las narraciones al conocer el porqué de los hechos,
cuál ha sido el móvil del protagonista para acabar con la vida de una persona o
incitar a su muerte y, en definitiva, lo más insólito y escabroso de la
condición humana. Parte de ese trabajo bien ejecutado recae sobre la dirección
a cargo de la actriz, cómica e improvisadora Ángela Conde.
La construcción
escenográfica es simple pero inspiradora, atrayente y, como no podía ser de
otro modo, recrea el lugar de un crimen. El conjunto, como se describe en el
programa de mano, invita a pasear por callejuelas a medio iluminar, o por
deslumbrantes hoteles a plena luz del día; con un saxo lastimero de fondo,
anuncio de una posible víctima... o un culpable. Hubiera sido interesante que
los elementos accesorios situados sobre el escenario de corbata como el
teléfono o el perchero sirvieran como inicio de los relatos (una llamada de
teléfono, el sonido del motor de un coche, una prenda caída del perchero…). La
iluminación intimista y el juego de luces, a cargo de Carlos Marcos Molins, termina de introducir al espectador en este
carrusel de crónica negra.
En
Cronista de sucesos disfrutarás de
una sesión de intriga, ironía y finales sorprendentes de la mano del talento
interpretativo de Juan Gamba
Autor:
Juan Gamba y Andrés Berlanga
Idea
e intérprete: Juan Gamba
Directora: Ángela
Conde
Lugar:
Teatro Lara (Calle Corredera Baja de San Pablo, 15, 28004 Madrid)
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