La
Semana Santa es sinónimo de procesiones, dulces típicos, escapadas, películas
religiosas y también de espectáculos. Estas dos últimas opciones son fusionadas
en la nueva propuesta del Teatro de la Latina, recién llegada del Festival
Internacional de Teatro Clásico de Mérida, donde, en esta ocasión, las cosas sí
son lo que parecen.
Si
obviamos la primera parte del título de la obra, cuando escuchamos el nombre de
Ben-Hur lo asociamos a la película
de 1959 dirigida por el gran William
Wyler con Charlon Heston en el
papel protagonista; olvidando incluso la novela del escritor estadounidense Lewis Wallace. El film, de casi cuatro
horas de duración, contó con el mayor presupuesto hasta entonces conocido y con
un equipo humano sin precedentes. Con estos datos, pueden hacerse una idea la
dificultad de traspasar las hojas y los fotogramas para construir una
representación teatral de carácter cómico con un digno resultado. Ver para creer.
La
prestigiosa compañía Yllana, con la versión de Nacho Novo, invita a los espectadores a viajar a la Roma Imperial para
conocer la historia de Judá Ben-Hur
(Víctor Massán), hijo de Miriam (María Lanau), hermano de Tirzah (Elena Lomabo) e integrante de una de una familia noble de Jerusalén.
Tras un fortuito accidente, fue acusado falsamente de atentar contra la vida
del gobernador. Casualmente, el delator fue Messala (Fael García),
líder de los ejércitos de ocupación y viejo amigo de Ben-Hur, quien aprovechó la situación para vengarse del noble y
enviarle a galeras durante un largo periodo. Allí conocerá al cónsul Quinto Ario, a Jesucristo
(Collins-Moore), a uno de los
tres reyes magos y a un centurión romano (Agustín
Jiménez). Ben-Hur consigue ser
libre y regresar a su tierra natal, aunque todo haya cambiado.
Así
descrito, bien puede tratarse de una adaptación histórica pero solo son las
mimbres de un excelente relato épico, tanto o más que la película, de humor canalla,
salvaje, pícaro e imaginativo. El artífice de esta versión es Nacho Novo. Este polifacético
dramaturgo –al frente de obras como Sombra
de perro (2007), Sobre flores y
cerdos (2008) o Polvos de sangre
(2016) –, actor y humorista realiza un magnífico y resolutivo trabajo al
cumplir dos de los postulados básicos de cualquier adaptación: ser fiel a la
obra original y aportar su punto de vista. En La loca, loca historia de Behn-Hur compaginar ambas premisas resulta
muy complicado puesto que cualquier parecido con el original es pura
coincidencia. Sin embargo, los espectadores verán los momentos más
representativos de la película, como la odisea en las galeras o la carrera de
cuadrigas.
El
segundo aspecto, su aportación personal, es probablemente el pilar más
interesante y donde Novo demuestra
su osadía, inteligencia y perspicacia. Nunca concebí la historia de Ben-Hur desde el prisma cómico más allá
de los manidos chistes de su extensión, aunque la de esta versión también sea
extensa que no pesada, con casi dos horas de duración. Además reconozco que
antes de visionar la representación tenía serias duras de una correcta implementación
sobre las tablas, despejadas con el paso de los minutos. Novo, protagonista de su exitoso monólogo El Cavernícola, propone diálogos ágiles, frescos e hilarantes y
situaciones a cada cual más rocambolesca. Pero más allá del humor, del que
luego haré referencia, el dramaturgo también propone una reformulación muy
interesante del núcleo de la historia basada en el amor sin medida y en la
igualdad conjugada, entre otras muchas facetas con el feminismo. Ambos temas
suponen apostar por el caballo ganador debido a la relevancia adquirida en los
últimos años y, de nuevo, jamás pude imaginar una relación entre ellos y la
película. A pesar de la pertinencia de esta interpretación, de la brillante
dirección y de la correcta ejecución del reparto hubiera preferido un mayor
simbolismo, una menor explicitud a lo largo de la obra y que fuera el
espectador quien, además de reír, leyera entre líneas.
El
fin último del humor es la risa y la representación también cumple esta
pretensión con nota. Contar con el sello Yllana es un valor seguro en el
universo cómico y sinónimo de provocación e irreverencia. A pesar de admirar su
trabajo reconozco que es de difícil encaje en una obra no diseñada ad-hoc para
este tipo de humor aunque David Ottone y
Juan Ramos Toro, directores
artísticos, lo hayan conseguido casi en su totalidad; pues algunas escenas,
desde mi óptica, pueden resultar forzadas y un tanto repetitivas.
Ottone y Toro
definen su trabajo con el término “TEATROMASCOPE”, entendido como la suma de
los lenguajes cinematográficos y teatrales. Los espectadores, efectivamente,
serán testigos de la concomitancia de ambas disciplinas a las que luego me
referiré. Continuando en el terreno del humor, ambos miembros fundadores de Producciones
Yllana con largas carreras en la dirección escénica otorgan a la representación
un carácter metateatral donde los actores se ríen de sus propios personajes,
rompen la cuarta pared interpelando al público y le hacen partícipe activo de
la representación, incluso sobre el mismo escenario. Dicho carácter termina de
complementar el libreto con gags cómicos, humor gestual y sketches
surrealistas. En definitiva, una atmósfera propicia para el humor.
Los
encargados de digerir todo lo anteriormente expuesto son los cuatro actores y
las dos actrices y su trabajo es digno de encomio. Aunque su actuación pueda
tener apariencia de sencilla debido al ambiente relajado, distendido, de gran complicidad
y propicio para la improvisación, el tipo de humor antes comentado requiere de
todas sus capacidades interpretativas y, salvo escasas escenas donde el
personaje superaba al actor, el reparto está a la altura. A esto debemos
sumarle la versatilidad de todos ellos al interpretar varios papeles, no llegan a los centenares como en la cinta
original aunque tampoco se quedan cortos. La mejor prueba de ello es su hilarante papel en los tres reyes magos o el
sufrimiento como galeotes.
El
relato sitúa como protagonistas a la pareja de antiguos amigos Ben-Hur y Messala. Al primero le da vida un histriónico y acalorado Victor Massán. Este actor, participante
en obras como El Ángel Exterminador o
24 horas en la vida de una mujer y en
multitud de musicales, destaca por su marcada gestualidad facial y corporal,
así como por sus coreografías individuales. Dicho más claramente, algunas
escenas bien podrían ser números de gimnasia artística para unos Juegos
Olímpicos. Su personaje se encuentra fuertemente marcado por el síndrome de
Adonis, al buscar la perfección de su belleza corporal. Massán, con cuerpo apolíneo, sabe interpretarlo con gracia, donaire
y sensualidad. Por su parte, Fael García
se viste de Messala, tribuno
romano curtido en batallas y deseoso de seguir ascendiendo en la escala
jerárquica. Este actor y director, participante en más de una treintena de
producciones, comienza con un perfil bajo al ser absorbido por su compañero,
foco de la acción, pero a medida que pasan las escenas recupera protagonismo y
brilla sobre el escenario. Su personaje principal también compite por el tamaño
de sus músculos y en su otro papel de un entregado legionario romano en la
galera de Cónsul Quinto García está sensacional
por su expresividad y acrecienta las risas de los presentes.
La
pareja de actrices realiza un trabajo sensacional en planos diferentes. María Lanau, actriz de amplia
trayectoria en teatro, cine y televisión, encarna a Miriam, madre severa y exigente con sus dos hijos. Sin embargo, su faceta como militante feminista en
busca de conseguir papeles dignos para las mujeres es donde mejor puede mostrar
su madera como actriz. Algo similar ocurre con Elena Lombao, presentadora, guionista y actriz de series televisas,
como Tirzah, hermana de pocas luces
de Ben-Hur. Su actuación viene
cargada de vis cómica, fortaleza, entusiasmo y esmero al ser la encargada de
interpelar al público en más de una ocasión y ser también participante en la
carrera de caballos; es decir, una actriz todoterreno. Lombao y Lananu son un tándem perfecto en
escenas donde hacen de leprosas o de aves carroñeras.
Richard Collins-Moore, actor de enorme trayectoria en teatro,
televisión y cine, encarna en un primer momento al narrador de esta particular
versión de la historia. Sus dos papeles estelares en esta obra son el de un Jesús de Nazaret dubitativo, inseguro y
chantajista y el del cónsul Quinto Arrio,
a cada cual mejor y con más gracia. Por último, aunque sea el primero en salir
a escena y responsable del introito, el conocidísimo monologuista y actor de
teatro, cine y televisión Agustín
Jiménez, da vida a todos los personajes restantes. Así descrito podría
parecer que sus papeles (centurión romano, asistente de Mesala, o comerciante) son secundarios y de escasa importancia; sin
embargo no es así. De hecho, él toma el pulso a la historia, lleva el ritmo
sobre el escenario y haca gala de sus tablas como actor, y de su don para el
humor y la improvisación.
La
construcción escenografía, por Carlos
Brayada, recrea a la perfección los lugares por donde transcurre la
historia, aunque si por algo destaca esta representación es por el fabuloso uso
de los audiovisuales, a cargo de Javier
del Prado. No recuerdo ninguna obra teatral, a excepción de algún musical,
donde la integración de la videoescena sea tan perfecta y engarce tan bien con
la representación, además de contar con una nítida resolución y definición
con planos propios del género cinematográfico. Esto ayuda a conservar la épica
de la película y conseguir su fusión con el teatro. Una referencia de por dónde
deben dirigirse las artes escénicas. La buena iluminación de Juanjo Llorens y los logrados efectos
sonoros de Alberto Fernández Roda
terminan de enmarcar esta representación con un alegato, como final, en favor
de la búsqueda de la verdad, la detención de la mentira y del amor.
En La loca, loca historia de Ben-Hur, conocerás una versión
disparatada, gamberra e hilarante de un clásico cinematográfico donde todo es
lo que parece
Alberto Sanz Blanco
@AlbertoSBlanco
Autor: Lewis Wallace
Versión: Nancho Novo
Dirección artística: David Ottone y Juan Ramos Toro
Reparto: María Lanau, Agustín Jiménez, Elena
Lombao, Richard Collins-Moore, Víctor Massán, Fael García
Lugar: Teatro La Latina (Plaza de la
Cebada, 2, 28005 Madrid)
Contacto: https://bit.ly/2v5WKcA
No hay comentarios:
Publicar un comentario