“Madre
no hay más que una y a ti te encontré en la calle” reza la última y más
conocida de las estrofas del poeta sevillano Rafael de León. Esta frase resume
a la perfección, y por partida doble, esta obra representada en el Teatro Amaya
como tributo a la figura materna.
Casi
veinte años después de la película, con el mismo nombre, dirigida por el
director y guionista argentino Santiago
Carlos Oves, el público puede adentrarse de nuevo en la vida de una madre (María Luisa Merlo) de setenta y seis
años de edad y de su hijo Jaime (Jesús Cisneros), en plena crisis de los
cincuenta y ahogado por las deudas y problemas familiares. Un día, Jaime le comunica a su madre, quien
disfruta de una segunda juventud junto a un nuevo amor, que la empresa para la
que trabaja ha prescindido de él y sin el sueldo no puede sacar adelante a su
mujer y dos hijos ni continuar con el alto nivel de vida.
Las
frases de madre son uno de los tesoros inmateriales más preciados y fuentes
inagotables de sabiduría; ahora Pilar
Massa los pone a disposición del público madrileño. Esta actriz de teatro
cine y televisión de enorme trayectoria dirige la producción con inteligencia,
tino y perspicacia. A simple vista, tanto la descripción de la obra como su
contenido pueden parecer simples y baladíes (una madre habla y consuela a su
hijo) pero encierran profundas reflexiones vitales. A través del humor, con
dosis de dramatismo y suspense, Massa pone
de manifiesto el valor, la importancia y la capacidad sanadora de la
conversación. A través de este hilo conductor nos hace reflexionar sobre: “la
soledad, los hijos, la dignidad, la muerte, la vejez, la honestidad…” y, en
definitiva, sobre la vida. Después de visionar la representación salgo más
convencido de que conversar –aunque a veces pueda ser una mera excusa, nos hace
mejores personas y nos ayuda, entre otras muchas cosas, a relativizar los
problemas, a empatizar y, por qué no, a ser más felices.
La
adaptación teatral de Massa y su
dirección me recordó a los artículos conocidos como cuadros de costumbres,
textos donde se describían tipos, actitudes, comportamientos, valores y hábitos
comunes y populares. Porque no hay nada más común y normal que conversar con
una madre. Incluso, podemos extrapolar la figura materna, como ocurre en la
representación, y hablar de la comunicación en general y de todas sus
vertientes. No solo comunicamos con palabras, comunicación verbal; también con
gestos o movimientos corporales, comunicación no verbal, y esta última suele
ser la expresión más certera al realizarse, en un porcentaje elevado, de forma
inconsciente, y así queda reflejado en la representación. Además, ¿quién conoce
mejor a alguien aunque no articule una palabra? Una madre, efectivamente. Este
aspecto igual es explotado en demasía en la obra y lleva en ocasiones a malos
entendidos forzados y a diálogos por inercia sin reflejar nada. Dejando a un
lado esto último, realmente estamos ante una comedia dulce, conmovedora,
sugestiva, tierna en su justa medida y capaz de desconcertar y al mismo tiempo
permitir su disfrute.
Tan
solo dos personajes son capaces de narrarnos una historia compacta y con
sentido, a pesar de hacer referencia a terceras personas como hijos, parejas,
familia y, cómo no, a la omnipotente suegra. La trama central, por tanto, viene
complementada con otras menores –a través de referencias implícitas, explícitas
y digresiones– lo que aporta rapidez y dinamismo
a la representación y pasa a ser otra de sus esencias y virtudes.
Los
encargados de dar vida a los dos protagonistas son María Luisa Merlo y Jesús
Cisneros. A pesar de la diferencia de mentalidad de sus respectivos
personajes, actor y actriz muestran una complicidad sobresaliente e in crescendo con el paso de los minutos
como si de madre e hijo se trataran. Además, ambos proyectan sus voces y
recitan su texto con convicción y delicadeza como ocurre cuando alguien lee un
poema.
María Luisa Merlo da vida a una madre septuagenaria
donde los años no le son impedimento para disfrutar de la vida, enamorarse de
un argentino y, como ella misma reconoce: “ser feliz”. Esta actitud, a mi
juicio, es compartida por esta gran actriz valenciana pionera de la Compañía
Nacional de Teatro Clásico y con numerosas participaciones en series de gran prestigio. Merlo irradia
energía, vitalidad y, sobre todo, felicidad a lo largo de la representación.
Además, es capaz de transmitir, con su gestualidad facial y corporal, la
inteligencia, perspicacia, comprensión y escucha activa de una madre
convencional y la modernidad de una actual. Puede sonar tópico apelar a la vena
artística de esta saga familiar, pero después de ver a sus dos hijos en escena,
Amparo y Luis, y a la matriarca de los Merlo, es indudable que respiran arte.
Por
su parte, Jesús Cisneros da vida a Jaime, un padre de familia con serias dificultades
para afrontar su vida, tras ser despedido y no poder hacer frente a los problemas
económicos y personales. Por ello va en busca del refugio materno, de forma
interesada, a pesar de no querer reconocerlo. Este actor de teatro clásico (Calígula, La dama duende, Don Juan Tenorio), cine (La estanquera de Vallecas, La
Lola se va a los puertos) y series televisivas (El súper, Al salir de clase)
imprime a su personaje dulzura y delicadeza sin llegar a la ñoñería. Incluso en
las escenas más dramáticas, el director de Descalzos Producciones –productora
de este espectáculo– desprende bondad y demuestra ser un buen hijo, en la obra,
y un buen actor en la realidad.
Como
suele ser habitual en este teatro, las producciones cuentan con cuidados y
vistosos elementos escenográficos. En esta ocasión, Rafael Garrigós, al frente de este cometido, recrea a la perfección
el interior de una casa de estilo clásico, con el salón como el lugar central
de la representación. Francisco Ruiz
Ariza, como responsable del diseño lumínico, realiza un cuidadoso trabajo de
contrastes y degradados lumínicos entre escena y escena. Amenizadas todas ellas
con melodías y ritmos de tango para potenciar, más si cabe, la fortaleza y
robustez maternas.
En Conversaciones con mamá asistirán a una comedia dulce, conmovedora,
sugestiva, tierna en su justa medida y capaz de desconcertar y al mismo tiempo
permitir su disfrute.
Alberto Sanz Blanco
Periodista
Autor: Santiago Carlos Oves
Directora: Pilar Massa
Reparto: María Luisa Merlo y Jesús Cisneros
Lugar: Teatro Amaya (Paseo del General
Martínez Campos, 9, 28010)
Venta de entradas: https://www.taquilla.com/entradas/conversaciones-con-mama?t10id=1201
Venta de entradas: https://www.taquilla.com/entradas/conversaciones-con-mama?t10id=1201
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