¡La
corrala no se vende se defiende! Gritan los vecinos de los barrios populares madrileños
ante un posible desahucio para convertir sus casas en un lujoso hotel para
turistas. La resolución judicial aún puede tardar pero tienen la fortuna de que
durante los meses de julio y agosto el Teatro Reina Victoria se convierte en la
corrala de la villa y pone a su disposición sus instalaciones para albergar una
selección de las mejores zarzuelas: La Revoltosa, El Bateo, La verbena de la Paloma
y Agua, azucarillos y aguardiente, de la mano de la Compañía Lírica Ibérica.
En
el año de las grandes superproducciones musicales, otras obras del mismo género
parecen quedar ensombrecidas o supeditadas a las primeras; sin embargo, si
profundizamos mínimamente sobre el tema es una percepción equivocada. La prueba
está en la obra que nos ocupa. Alguien podría asociar a la zarzuela con una
composición arcaica de temática antigua con música pasada de moda y condenada
al fracaso o a estar albergada en discos de vinilo empolvados en un obscuro y
triste desván. Nada más lejos de la realidad. Bien es cierto que los títulos
clásicos narran historias pasadas teñidas de las características sociales de la
época, aunque hay temas, como los amores y desamores, nunca pasados de moda. Si
a esto le sumamos una actualización en forma y contenido, tenemos zarzuela para
rato. En definitiva, ni el género chico tiene nada que envidiar a otras obras
de contenido musical –algunos números incluso parecen estar inspirados en él–
ni veremos su desaparición. No obstante, es pertinente agradecer al teatro
Reina Victoria y a José Luis Gago,
como coordinador general de la producción, el seguir apostando por este genuino
y castizo género.
Las
dos primeras semanas de julio, la obra a representar es La Revoltosa, con libreto de José
López Silva y Carlos Fernández Shaw
y música compuesta por el maestro Ruperto
Chapí. Quizá sea uno de los títulos más conocidos y definitorios de las
características del sainete lírico, en este caso de un acto. Existen patrones
comunes entre todas ellas aunque cada libretista va incorporando su sello
personal. Con el paso de los años, de adaptaciones y trasposiciones, esta
mirada particular va fusionándose con la propia del responsable de llevarlo a
escena como Estrella Blanco, al
frente de la dirección artística, José Luis
Gago en la escénica y Fran Fernández
Benito, al frente de la dirección
musical y orquesta. Su trabajo en sus respectivos ámbitos es fabuloso y el
resultado, evidentemente, huele a zarzuela.
Los
asistentes revivirán la historia de amor entre Felipe (Darío Gallego) y
Mari Pepa (Mariana Isaza), dos vecinos de una corrala madrileña los cuales
parecen no soportarse, aunque la realidad sea bien distinta y lo que les separe
sea solamente no reconocer el amor mutuo. La belleza de la joven tiene prendados
a Tiberio (Alberto Porcell), Cándido
(José Luis Gago) y Atenedoro (Alejandro Rull), quienes están deseando tener una cita a solas con Mari Pepa a escondidas de sus
respectivas parejas Soledad (María Gutiérrez), Gorgonia (Estrella Blanco)
y Encarna (Sonia Gascón). Las tres mujeres urdirán un plan para escarmentar a
los hombres y, de paso, acabará desvelando los verdaderos sentimientos de la
pareja protagonista.
Como
podrán extraer de esta breve sinopsis, la temática amorosa aderezada con
divertidos enredos es el eje central de la representación y no dista mucho de
cualquier proceso de enamoramiento actual. De hecho, ojalá todos estuvieran
narrados bajo el marco de la prosa versada, la ironía inteligente, la
abundancia de adjetivos para reflejar lisonjas y alabanzas, sonoros epítetos de
adulación y halago y demás figuras retóricas. Incluso las discusiones,
acompañadas de tacos, produce deleite escucharlas por su ingenio y virtuosismo.
Hasta para el insulto hay que tener clase.
Como
antes hice referencia, cuando nos encontramos ante una versión de un clásico,
con independencia del género o temática, es necesario mantener la esencia y
trama originales e incorporar la mirada propia del director, normalmente en
consonancia con la coyuntura presente. Ambas premisas están presentes en La Revoltosa y cumple con el objetivo de
la compañía: “Es la nuestra una apuesta clásica en lo visual, pero con especial
cuidado en las formas para hacer encajar la zarzuela tanto a un público
habitual como al desconocedor del género”. Con mucho ingenio y atino, esta
versión cuenta con referencias a la actualidad política y social. En referencia
a esta última, cabe mencionar el pertinente introito con la temática de los
desahucios. Todo ello sin perder el espíritu popular, castizo y localista
basado en valores tradicionales, con una tendencia a lo cómico que incita a
mantener la sonrisa de principio a fin.
En
lo relativo a la puesta en escena, José
Luís Gago se decanta con acierto por la estética realista y costumbrista
con una escenografía rica en detalles que representa a la perfección una
corrala madrileña. Lo más representativo y vistoso de la zarzuela son los números
basados en romanzas, dúos, coros y concertantes, además de pasajes instrumentales.
En este sentido, la proporción entre las partes instrumentales, vocales y habladas
es perfecta. Estrella Blanco, al
frente de la dirección artística, también realiza un magnífico trabajo, y junto
con Gago, consigue que el elevado
número de actores y actrices no se traduzca en entropía escénica y las entradas
y salidas de los personajes sean limpias y vistosas.
Como
cualquier género musical, la exigencia y calidad vocales deben ser
superlativas, como así ocurre en esta representación. Todos los artistas,
ataviados con trajes de época supervisados por Mario Pera, están a un altísimo nivel y brillan por sus solos, dúos
y polifonías grupales, además de por la correcta ejecución de la complicada
técnica del parlato. Resulta complicado, debido al elevado número de actores y
actrices, hacer mención a todos ellos. No obstante, sí destacaría uno de los
dúos por su sentimentalismo y ejecución exquisita de la pareja protagonista
interpretada por el tenor Darío Gallego
y la soprano Mariana Isaza. Así
mismo, la presencia escénica, la voz cálida y profunda, y vis cómica de
polifacético cantante y actor de teatro, cine y televisión, Rafa Casette. La gestualidad facial y
corporal y el contraste de voces de los tres pretendientes interpretados por Alberto Porcell, José Luis Gago y Alejandro
Rull; así como la comicidad y potencia vocal del trío de mujeres y maridos
de los anteriores, a quienes les dan vida María
Gutiérrez, Estrella Blanco y Sonia Gascón. Por último, es de
justicia mencionar la brillante, compleja y vistosa actuación coreográfica,
supervisada por Alejandra Rodrígez,
de los bailarines José Rabasco y Nadia Pascual.
Otro
pilar fundamental es la orquesta de cámara en directo, con once instrumentos: percusión,
violín primero, violín segundo, viola, contrabajo, fagot, trompeta, flauta,
piano, oboe, trompa, chelo y pícolo, entre otros. Los encargados de ejecutar
las conocidas y contagiosas melodías, basadas en el folclorismo y espíritu
popular urbano, son los miembros de la orquesta Camerata Villa de Madrid –bajo
la dirección del maestro Fran Fernández
Benito– los cuales me sorprendieron, de además por su brillante ejecución
instrumental por su juventud, no ligada a la inexperiencia. En conclusión
¡Larga vida a nuestra zarzuela!
En La
corrala del Reina Victoria disfrutarán de una selección de las mejores, castizas
y costumbristas zarzuelas, de la mano de la Compañía Lírica Ibérica, con enorme
lirismo vocal y una realista puesta en escena
Alberto Sanz Blanco
Periodista @AlbertoSBlanco
Libreto: José López Silva y Carlos Fernández
Shaw
Música: Ruperto Chapí.
Dirección artística: Estrella Blanco
Dirección escénica: José Luis Gago
Dirección musical: Fran Fernández Benito
Reparto: Mariana Isaza, Darío Gallego, Rafa Casette, José Luis
Gago, Estrella Blanco, Alejandro
Rull, María Gutiérrez, Alberto
Porcell, Sonia Gascón, Olivia Pablo, Carmen Sanchís, Inés López, Eva Badía, José
Rabasco y Nadia Pascual.
Lugar: Teatro Reina Victoria (Carrera de S.
Jerónimo, 24, 28014 Madrid)
Contacto: https://elteatroreinavictoria.com/evento/2030-la-revoltosa-la-corrala-del-reina-victoria-5/
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