El
médico más famoso de la capital vuelve al Teatro Nuevo Apolo para conseguir a
través de embriagadoras melodías, de grandiosas coreografías, de las mejores
voces y de una asombrosa puesta en escena el deleite del espectador y quién
sabe si el remedio a algunos de sus problemas vitales. Tras una excelente
acogida de 150.000 espectadores, ser premiada con 11 premios del público Brodway World y 5 galardones en Los
Premios del Teatro Musical, esta extraordinaria construcción musical encara su
segunda temporada con nuevos actores, mejoras en forma y fondo pero con los
mismos mensajes de amor, tolerancia y superación.
El
relato del escritor estadounidense Noah
Gordon es conocido en el todo orbe y ha hecho de su novela un símbolo más
allá de las fronteras literarias y ahora, gracias al libreto de Félix Amador y la dirección musical de Iván Macías, también del teatro. La
vida del pequeño Rob J. Cole (Noelia Rincón/ Daniel Diges) cambia con
la repentina muerte de su madre Agnes
(Noemí Mazoy) y al descubrir un insólito don en sus manos: puede predecir
la muerte de otros. Despojados de sus dos hermanos, Rob es adoptado por un buhonero cirujano barbero, apodado por el
pequeño como “Barber” (Joseán Moreno).
Con la mayoría de edad, un médico judío, Merlín
(Fernando Samper), le habla de la prestigiosa escuela de medicina, ubicada en
la lejana Persia, dirigida por el mejor médico de la época, Avicena (Ricardo Truchado),
despertando en él su pasión por esta ciencia. Sin importarle la distancia, Rob emprende un peligroso viaje por el
desierto, donde conocerá a Mary Cullen (Ana San Martín) una bella joven escocesa de la cual quedará
enamorado. Una vez llegado a la ciudad de Isfahan deberá lidiar con el Sha (Alain Damas), con la
peste, la guerra y con una religión desconocida para él. Solo la incondicional
amistad de Qandrasseh (Beltrán Iraburu), Karim (Juan Delgado) y Mirdin (Raúl Ortiz), su vocación y el amor le empujarán a sobrevivir.
Perfecta
fusión entre lo vocal y escénico con gran fidelidad a la novela de Gordon
No
hay género más potente, glamuroso y exigente como el del musical al fusionar en
un mismo espectáculo diálogos, canciones, música y coreografías. La parte vocal
es tan importante como la puramente interpretativa y no he visto ningún
espectáculo donde ambas conjuguen tan bien como en este musical. El libreto
corre a cargo del polifacético novelista, dramaturgo y poeta Félix Amador. El propio Gordon tilda a su prosa de maravillosa
y en efecto, su relato fiel a la novela es apasionante. Con buen criterio,
simplifica la trama original y ensalza valores como la amistad y el amor.
Algunas de las frases están cargadas de sabiduría: “Es parte de la vida aprender
a olvidar” o “La duda es el camino de la erudición”, que también quedan
reflejadas en las bellas letras de las canciones como ‘hoy partiré’ o ‘escrito
está’. La balanza entre las frases declamadas y cantadas es perfecta, al
inclinarse, como no puede ser de otro modo en este género, por las segundas.
Este es uno de los primeros alicientes para ver esta representación.
La
mejor banda sonora del teatro musical con melodías épicas, embriagadoras,
vibrantes y atrayentes
El
prisma musical es sencillamente asombroso. Al frente de esta labor está Ivan Macías, considerado como uno de los mejores pianistas
europeos de su generación, quien nos regala una música épica, embriagadora,
vibrante y atrayente. La banda sonora de Macías
invita a cerrar por un instante los ojos y acompañar al protagonista desde la
lúgubre y sombría Inglaterra del siglo XI al colorido de la antigua Persia. En
este punto, resulta esclarecedor cómo la música acompaña las vivencias del
protagonista y sirve de termómetro a sus sentimientos. A pesar de contar con un
leitmotiv reconocible y escalas ascendentes recurrentes en la función, la
primera hora de espectáculo destaca por las notas graves, acompañadas de los mismos
tonos, que van dando paso a explosivos agudos. No exagero si sitúo la banda
sonora de este espectáculo como una las mejores de esta categoría teatral; de
hecho, perfectamente podría hacerse un espectáculo monográfico solo de
melodías; las cuales, también pueden adquirirse en formato CD con la música en
directo de la prestigiosa London Symphony Orchestra (LSO) y todavía hoy
mientras escribo esta crítica resuenan en mi cabeza. Esto es posible gracias al
soberbio trabajo de la directora María
Ramos y la orquesta –formada por 20 músicos que tocan en directo 30 instrumentos
musicales, algunos de ellos hasta cuatro diferentes– situada, como buen y gran
espectáculo musical, en el foso orquestal.
Puesta
en escena soberbia e inteligente donde la fortaleza combina con la elegancia
escénica
José Luís Sixto –experto en el género musical con
múltiples galardones como el del Mejor Director en los Premios del Teatro
Musical– y Francesc Abós –director
de escena en el Palau de la música de Barcelona con el espectáculo Colores y más– son los responsables de
la ardua labor de dirección. Su trabajo conjunto es solvente tras situar al
extenso reparto de forma estratégica tanto en el proscenio como en el foro
dando una sensación de profundidad, ayudado por dos espejos laterales de
enormes dimensiones, y dejándonos algunas escenas y ángulos propios del género cinematográfico.
Cuando el reparto roza la cuarentena puede generar situaciones de entropía
escénica o embarrar la acción, algo que de ningún modo ocurre en esta ocasión.
El
descomunal despliegue de elementos técnicos y escenográficos, los cuales luego
comentaré, convive a la perfección con lo representado sobre las tablas. Sixto y Abós apuestan, con buen criterio, por la fortaleza y grandilocuencia
de la puesta en escena y dotan a la representación de un ritmo ágil, esencial
debido a las tres horas de duración. Desde mi óptica, algunos números como ‘La
panacea universal’ o la presentación de la ciudad de Isfahán entran en el ranquin
de los mejores y más potentes del teatro musical. En este sentido, otra de las
maravillas de El Médico el Musical es
cómo la excelsitud de medios no entra en conflicto con la belleza y elegancia escénicas.
Parte de esta responsabilidad recae en el prestigioso ilusionista Jorge Blass, diseñador de los efectos
mágicos.
Vibrantes
polifonías de un reparto con gran calidad vocal y dotes escénicas
Otra
de las esencias de este musical es la calidad y potencia vocal del reparto. Algunas
voces parecen extraídas del género operístico y el conjunto nada tiene que
envidiar a obras del género chico. Las polifonías y el acomodo simultáneo de
voces melódicas son los mejores y no tienen comparación con otras obras
musicales. En definitiva, solos, dúos y coros colosales con escasos precedentes
en el teatro musical español y perfectamente exportable a otros países.
La
incorporación más novedosa en esta segunda temporada es la de Daniel Diges, en sustitución a Adrián Salzedo, como protagonista en el
papel de Rob J. Cole, en alternancia
con Gerónimo Rauch. Su tonalidad y cualidades
vocales son reconocibles con facilidad y encajan a la perfección en este papel.
Antes ya había participado en otras producciones musicales como La bella y la Bestia, Hoy no me puedo levantar o la gira española de Los Miserables, pero probablemente este sea el cénit de su carrera.
Su facilidad para los agudos es asombrosa, por eso tenía cierto temor en las
notas más graves, pero al escuchar la canción ‘Hoy partiré’, punto de inflexión
del protagonista y la prueba de fuego para el cantante, mis dudas quedaron
resultas al cambiar de registro sin ninguna complicación. La vertiente teatral
todavía puede ser pulida para conseguir mayor naturalidad y desenvoltura, aunque
estoy convencido que con el paso de las funciones en este aspecto también
logrará el sobresaliente, como lo roza en el número final del primer acto por
el gran valor emotivo y simbólico.
Ana San Martín, como Mary Cullen, encarna
el papel femenino protagonista. Su amplia experiencia en el teatro musical, en
conciertos con la Orquestra Sinfónica del Vallès y la del Gran Teatro Liceo
como soprano solista y su extensa formación en canto lírico y moderno le llevan
a deslumbrar sobre el escenario. Su potencia y chorro de voz son magníficos y
ayudan a elevar los sentimientos de amor y capacidad de resiliencia de su
personaje. Estos quedan resumidos en maravillosos y emotivos dúos con Diges –donde su personaje le declara su
amor– o descarnados y tristes con el tenor venezolano de origen francés Alain Damas, en el papel de Sha de
Persia, con la canción ‘Soñaba’.
El
papel más cómico recae en el actor y cantante Joseán Moreno como el cirujano barbero, protagonista –como ya he
mencionado– del grandioso número musical ‘La panacea universal’. Sobresalientes,
también: Ricardo Truchado –como el
médico y maestro Avicena– con su voz
grave y cálida quien desprende erudición y píldoras de conocimiento. El trío de
amigos formado por Beltrán Iraburu, Juan Delgado y Raúl Ortiz. La delicadeza de Noemí
Mazoy, en el papel de madre del protagonista o la aparición estelar de Fernando Samper como Merlin, médico y discípulo de Avicena. Mención especial para el
elenco infantil solo femenino, quien a pesar de su juventud realiza un trabajo excelente,
como los angelicales agudos de Noelia
Rincón. Completan este sensacional reparto la casi una veintena de actores
y actrices como ensambles y potenciadores de voz de los demás artistas.
Complejas,
vistosas y coloridas coreografías envueltas en una fastuosa escenografía
En
este tipo de obras, con un elevado número de artistas, la coordinación es
fundamental para brillar sobre el escenario. En El Médico encontramos espectaculares y coloridas coreografías de Jerome Robbins con un amplio abanico de
formas distributivas, parciales e individuales. En esta ocasión, destacaría la
coreografía folclórica –por la importancia de las danzas populares hebreas como
los famosos Hava naguila, inspirados en salmos– y los números simétricos
grupales por su belleza y pomposidad. Potenciados gracias a los 350 trajes
diseñados por Lorenzo Capriles, al
vestuarista Eduardo de la Fuente –supervisor
de los numerosos cambios de vestuario– y al diseñador de peluquería y
maquillaje, Feliciano San Román,
responsable de la treintena de pelucas de pelo natural y a medida de cada
actor.
Además
de por las voces, melodías, textos y coreografías, el público elige el género
del musical por la fastuosidad de los decorados y escenografías. Estos últimos
corren a cargo de Alfons Flores. Su
trabajo es magnífico, pues no solo crea elementos palpables y objetivos como el
andamio central, sino atmósferas subjetivas, que nos hacen viajar con el
protagonista. El elemento más característico y visible del montaje es el suelo
con tres anillos giratorios para crear la sensación de movimiento e inmensidad y
pasar de una perspectiva bidimensional a una casi tridimensional. Otro detalle
camuflado en los apéndices del escenario
son las frases más célebres de los protagonistas. Terminan de encumbrar este
musical Matías Carbia, al frente de
la dirección técnica. El discreto uso de proyección y videoescena, a cargo de Sabrina Sanchez o Kali Romiglia. La exquisita iluminación de Luís Perdiguero, repartiendo los puntos lumínicos por el escenario
y apostando, en algunos instantes, por la luz cenital y, por último, el
perfecto diseño de sonido de Olly Steel.
En El Médico, el musical descubrirán el don de un hombre convertido en
un espectáculo sobresaliente con cautivadoras melodías, asombrosas voces,
potentes coreografías y un relato épico
Alberto Sanz Blanco
Periodista @AlbertoSBlanco
Director:
José Luis Sixto
Compositor y
Director Musical: Iván Macías
Libreto:
Félix Amador
Coreógrafo:
Francesc Abós
Escenografía:
Alfons Flores
Vestuario:
Lorenzo Caprile
Magia: Jorge
Blass
Reparto: Daniel
Diges, Gerónimo Rauch, Ana San Martín, Sofía Escobar, Joseán Moreno, Alain
Damas, Ricardo Truchado, Beltrán Iraburu, Juan Delgado, Raúl Ortiz, Noemí
Mazoy, Álvaro Puertas, Fernando Samper, Alverto Aliaga. Ensamble: Carlos
Solano, Judith Tobella, Teresa Ferrer,
Ezequiel Salman, Santiago Cano, Jaume Giró, Mª José Santos, Héctor
Otones, Diego Falcón, Tatiana Monells, Carlos Olivella, Pablo López, Antonio
M.M., Eva Manjón, Idaira Fernández, Alba Cuartero, Amanda Digón y Eva Marco.
Lugar: Teatro
Nuevo Apolo (Plaza Tirso de Molina, 1, 28012 Madrid)
Contacto:
https://elmedicomusical.com/es/
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