Hasta el espectador más despistado
ha oído hablar de este show, que ha aglutinado a más de 50.000 espectadores en
sus cinco temporadas, y de su protagonista, cuyo cartel de presentación no deja
indiferente a nadie. Como recoge el programa de mano, ahora online, Karim cuenta a su público vivencias
personales –como una boda con fabada, sobres vacíos, magia, un cuñado y hasta
un enano– narradas con socarronería y desparpajo, y planea sobre temas mundanos,
que más adelante mencionaré. Todo ello lo adereza con magia, improvisación,
ilusionismo y demás recursos mágico-cómicos para conseguir el asombro y la
estupefacción (cada uno que le ponga el grado) de los presentes.
El título elegido es la primera
muestra de ingenio de este cómico asturiano de nombre árabe al utilizar un
significante difuso, adulto. Si nos
ceñimos a la definición exacta, un adulto es alguien que ha llegado a la plenitud
de crecimiento o desarrollo y, sin mirar a nadie, quizá muchos adultos no haya
a nuestro alrededor. Bromas aparte, el gancho imperativo y excluyente de Karim funciona; al igual que el cartel
del espectáculo diseñado por Daniel
Fajardo. Con respecto a esto último, no destriparé nada, aunque sí afirmo
que es un fiel reflejo de lo que presenciarán los espectadores; vamos, que no
engaña a nadie.
Como cualquier espectáculo de
humor, la temática tiene como origen el título, pero a lo largo de los minutos,
los caminos de los cómicos son inescrutables. Karim desvela un marco conceptual previo muy interesante bajo el
nombre de Antón Chéjov. No quiero
desvelar la conexión directa entre este escritor y médico ruso con el
espectáculo, pero lo considero un ejercicio de inteligencia mayúsculo. Esto
permite al cómico –participante en conocidos programas televisivos, Cómedy
Central, Ciento y la Madre (Cuatro), Sopa de Gansos (FdF)– desentenderse de las
críticas adversas del contenido de la función y dotar a su espectáculo de
identidad propia.
El sustrato teórico traducido a
lo pragmático, lleva a Karim a tratar temas como el matrimonio,
descendencia o la acción intermedia entre ambas. Entre chiste y chiste, alguno
igual de malo que ir por la calle sin mascarilla, destripa realidades no
reconocidas por la sociedad, por miedo o vergüenza, y detalla el lado menos
bonito de lo socialmente aceptado como tal. Por tanto, engancha de nuevo con la
temática propia para adultos, con o sin experiencia. El contenido sexual no es
propio de dicho espectáculo pero este cómico, curtido en los principales
teatros de la capital, lo trata sin tapujos, con comparaciones ingeniosas y
anécdotas propias con respaldo de la carcajada de los espectadores, además de
un movimiento de cabeza inconsciente señal de aceptación. Resulta relevante la
verosimilitud de los hechos, algunos acompañados de material fotográfico,
porque es un paso más a la perspectiva simplona y cargada de modismos y tópicos
de otros espectáculos de humor.
La comedia y la magia, sin ser a
priori disciplinas hermanas, han terminado por convertirse en amigas
inseparables con el transcurso de los años. Podemos hablar de una evolución de
la capacidad comunicativa del ilusionista (el humor no es sino otra herramienta
más de despiste del espectador) adaptada a los gustos y modas presentes, como
es el del género monologal cómico. En Solo
para adultos no hay un conflicto entre ambos mundos porque Karim, premiado en Congresos Nacionales
e Internacionales de magia, se decanta por la comedia y la magia es accesoria y
complementaria. Esta decisión, además de quedar reflejada en la descripción del
evento: “comedia mágica”, no supone una merma; no obstante, sí me quedé con
ganas de ver más números de ilusionismo como el usado para cerrar el improvisado
descanso y, finalmente, su espectáculo.
En el terreno de la ilusión, otra
de las esencias de la obra y que ensalza la figura de Karim es la inclusión de sombras chinas, un arte milenario de
difícil ejecución. Me parece relevante este hecho, porque quizá pueda pasar
desapercibido entre chistes, bromas y otros elementos en escena. Esta posible
indiferencia no es algo exclusivo de esta obra sino una tónica creciente dado
el bombardeo de otras construcciones cargadas de fuertes elementos lumínicos y
escenográficos. De hecho, las sombras chinescas, una de las más antiguas artes
del teatro de títeres y marionetas, pueden ser consideradas como un antecedente
remoto del cine y, aplicado al teatro contemporáneo, el primer ejemplo de la
videoescena.
La participación del público y la
conexión directa con el maestro de ceremonias está muy presente. Resulta digno
de elogio y no tan fácil de conseguir dadas las limitaciones de contacto y las
máscaras faciales de los presentes. De ahí que nada más empezar, Karim exponga unas divertidas reglas,
basadas en el lenguaje universal, para mostrar aceptación a sus reflexiones y
chistes. La música e iluminación, a cargo de Adrián Sánchez López, maridan a la perfección con el show. Con
canciones conocidas por todos los espectadores, se consigue romper la frialdad
inicial e ir conduciendo el espectáculo. Con los tonos obscuros logra una
iluminación intimista perfecta para la ocasión. En definitiva, un clima ideal
para reír y disfrutar.
El mago y cómico Karim resiste en el teatro con gracia, ingenio e
inteligencia en un divertido espectáculo
de comedia mágica pensado… Solo para
adultos
Dirección: Karim
González
Guion: Karim
González
Fotografía: José
María Alcázar
Diseño gráfico:
Daniel Fajardo
Diseño de iluminación y sonido: Adrián
Sánchez López
Lugar: Teatros Luchana (Calle de
Luchana, 38, 28010 Madrid)
Contacto: https://teatrosluchana.es/cartelera/solo-para-adultos/
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